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El arte de cebar el mate. Los secretos para preparar y disfrutar de la infusión tradicional

Es una de las costumbres más arraigadas  y hay muchas formas de prepararlo. Todavía existe la disyuntiva si tomarlo amargo o dulce.

Al momento de preparar el mate, cada cebador tiene su secreto. Muchos comparten este gusto por la infusión que ha dejado de ser sólo una costumbre para convertirse en un verdadero placer terrenal. Tibio o caliente, con cáscaras de naranja, con poleo, con café o con hierbas, todos se ingenian en sorprender al paladar en cada cebada.

Existen muchas formas de prepararlo, y todavía no se deciden entre el amargo y el dulce, pero sí muchos coinciden en que con hierbas es más rico y hasta «digestivo».

¿Cómo se hace el mate? ¿Cómo se toma? ¿Cuáles son las costumbres básicas? En cada rincón el ritual del mate es diferente. En Santiago del Estero -Argentina-, la mayoría de las personas consultadas elige prepararlo con agua que no llegue al punto de ebullición «para que no se queme la yerba», y colocarle saquitos de té al termo.

Sin embargo, hay otros aficionados de esta infusión que eligen ponerle café para «darle un gusto más intenso a la yerba» o cáscaras de naranjas para «saborizarlo mejor», aunque ya existan las yerbas compuestas con este gusto.

¿Cómo se prepara un buen mate?

Aunque cada persona tiene su forma de preparar esta infusión, existen algunas recomendaciones de expertos que prometen un sabor inconfundible.

La primera sommelier de mate, Valeria Trapaga, destaca que es muy importante la temperatura del agua para lograr un rico mate.

La experta sostiene que la temperatura siempre debe estar entre 20 a 25 grados debajo del punto de ebullición, para que la yerba se exprese bien.

Además, aconseja elegir un buen recipiente, de base angosta y boca ancha.

«De calabaza o vidrio, porque el primero absorbe las características de la yerba mate y el segundo es inocuo, higiénico, y trasmite de forma fiel su sabor», indica.

Para prepararlo correctamente, hay que mezclar la yerba en el paquete, es decir que no sólo el mate se mezcla. En este sentido, resalta que hay que «mezclar» y no sacudir o batir.

«Se vuelca en el recipiente 3/4 de yerba mate, se lo mezcla, y se deja la yerba mate en forma oblicua, volcada sobre un lado. En la parte más baja, hay que verter un chorrito de agua tibia, y una vez que se haya absorbido, en ese lugar se coloca la bombilla. Una vez que ingresa al mate no se debe tocar, ni limpiar, ni mover», señala.

Trapaga también sostiene que «al mate no se le debería agregar azúcar, porque enmascara las propiedades de la yerba mate, tapa defectos y virtudes» y que esto suele ser un error común.

Fuente: El liberal

 

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